Numeroso público participó en las actividades organizadas durante todo el día.
El Sahara Colour Rice 2016 respira «buenos aires» a orillas del río Ésera como evento solidario. La iniciativa que tuvieron Samuel González, Alberto Gracia y Germán Sin se ha consolidado en seis años, el equipo de organizadores ha aumentado hasta doce jóvenes, brigada de 25 personas en diferentes tareas y respaldo de 42 referencias de colaboraciones, entre ellas el Ayuntamiento, comercios, empresas, entidades e instituciones que hacen del Sahara Colour Rice un festival atractivo.
CAMPO.- Cerca de 200 personas participaron en las actividades diurnas celebradas durante la jornada y las previsiones de asistencia aumentaron hasta 800 en los conciertos. El denominador común, recaudar fondos y recursos para el pueblo saharaui. En ediciones anteriores, se ha superado la tonelada de alimentos y la previsión está en 1.500 kilos este año. La entrada al recinto, kilo de arroz y caja de pinturas, para asistir o participar en actividades de convivencia con 50 niños saharauis procedentes de campamentos que pasan parte del verano con familias de acogida, de quince poblaciones, entre ellos varios con discapacidad que requieren cuidados especiales en residencias de Aspace Huesca, Atades Jaca, Sabiñánigo e Isín durante dos meses. La asociación Alouda Alto Aragón tiene mucho que ver en las estancias y en el propio festival solidario.
La Jornada deparó variedades «para gustos y edades» con Carrera solidaria, charlas y documental de Aldeas Infantiles -este año apadrina la causa-, exposición fotográfica de Joaquín Tornedo, taller de circo, actividades infantiles, concierto de la soprano María Eugenia Boix, actuación de Enric Verdaguer y en concierto, Smoke Banada, Tremenda muela, Victorias Fleet Commanders, Bearoid y Gonzalo Revilla.
Buena acogida, colaboración y ayuda son las «claves esenciales» de seis ediciones en Campo, según explicó Samuel González, «aquí todos te abren las puertas cuando llamas para este festival. El lugar es ideal y llama la atención el contraste entre los campamentos en el desierto y la convivencia a orillas del río Esera con agua, arboleda y montaña. Todos vienen aquí a colaborar y hay muchas formas de hacerlo, entre ellas las actuaciones».
La convivencia entre niños saharauis y altoaragoneses refuerza la integración y destaca entre los aspectos valorados por Samuel, portavoz de los organizadores, y colaborador del proyecto de ONG ideado por dos alumnas del colegio San Vicente, del que informaron ayer. Al mismo tiempo, se refiere a la buena acogida entre las familias, «en general, es muy buena porque disfrutan de una experiencia diferente gracias a los valores del pueblo saharaui».
Kasandra, Ernes, Nuria, Miguel, Andrés, Kauri, Aitana son una «pequeña muestra» de convivencia entre culturas, estilos de vida y costumbres, «aquí se está bien, es muy distinto al campamento donde vivimos en el Sáhara», explica Sauri. Por su parte, Javier Escartín, entre las familias asistentes al Festival, se refiere al certamen como «una fórmula muy adecuada para trasladar a la gente parte de la situación que se vive en el Sáhara. Vale la pena repetir en Campo, disfrutamos y colaboramos. Sobe todo, transmitimos valores a los hijos, eso es fundamental para nosotros».
Embarec Buyemaa, saharaui residente en Aragón, coordinador del programa de discapacidad con Alouda, repite experiencia. «Este festival es muy bueno para nuestra causa solidaria. La experiencia es satisfactoria en cuatro años desde que venimos». Se refiere al problema y la situación del pueblo saharaui en términos de «falta de libertad desde la invasión del año 1975 por Fuerzas Armadas de Marruecos y la complicidad del Gobierno de España que nunca ha facilitado la descolonización».
Jesús Sanagustín, portavoz de la asociación Alouda de ayuda al pueblo saharaui en el Alo Aragón, «estamos encantados de subir a Campo gracias a esta iniciativa de res jóvenes que se ha consolidado en seis años, de forma totalmente altruista por lo que se valora más. Seguiremos adelante en la medida de nuestras posibilidades y con ayuda de ayuntamientos como el de Barbastro, entre otros, que colabora con nosotros».
Fuente: Diario del AltoAragón, 17/07/2016.