“Cultivar nuestras diferencias, aprovechar nuestros recursos, crear riqueza” es uno de los lemas que animan el espíritu de SPAGYRIA.
D.A. 04/06/2019
José Manuel tiene 22 años y una discapacidad intelectual. Todos los días acude a trabajar a un huerto ecológico situado a las afueras de Huesca, donde se ocupa de atender con mimo los cultivos de salvia, caléndula, tomillo o melisa. Tras su cosecha y secado, esas plantas de alto valor medicinal serán enviadas al I3A (Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón) de la Universidad de Zaragoza, donde un equipo de investigadores procederá a la extracción de sus esencias y principios activos mediante un avanzado proceso tecnológico en el que se emplean exclusivamente disolventes sostenibles. A partir de las muestras obtenidas se elaborará una crema hidratante, hipoalergénica y ecológica, que finalmente pasará un minucioso análisis en las instalaciones del MEDES (Institute de Médecine et Physiologie Spatiales) de Toulouse para certificar que cumple todos los requisitos de idoneidad.
Más o menos así podría resumirse, a grandes rasgos, en qué consiste y cómo se desarrolla Spagyria, un proyecto transfronterizo del que participan siete socios, españoles y franceses, y que arrancó a comienzos de 2018 con un plazo de ejecución previsto de tres años -prorrogable uno más- y un presupuesto de 1.860.000 euros. Este original proyecto, que combina innovación e investigación con un marcado carácter social de voluntad integradora, está cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del programa Interreg-POCTEFA.
El objetivo general de Spagyria es la creación de una nueva línea de producción de plantas aromáticas para el desarrollo de productos cosméticos ecológicos y saludables, involucrando en el proceso a personas con discapacidades o en riesgo de exclusión y contribuyendo de esa manera a mejorar su calidad de vida y su empleabilidad. «Cultivar nuestras diferencias, aprovechar nuestros recursos, crear riqueza» es uno de los lemas que animan el espíritu de Spagyria, una alianza colaborativa que pretende la interacción y la creación de sinergias entre los socios de ambos lados de la frontera que permitan el intercambio de experiencias y conocimientos, tanto en términos de desarrollo agronómico como a nivel del proceso de extracción, fabricación y pruebas.
LOS CENTROS ESPECIALES DE EMPLEO
La Fundación Atades Huesca desempeña el papel de jefe de fila de Spagyria, coordinando todas las actividades que van desarrollando los siete socios que participan en este singular proyecto transpirenaico: los otros seis son Les Jardins du Girou y MEDES (desde Toulouse), Elkarkide (Pamplona), la Universidad de Zaragoza y los ayuntamientos de Huesca y Pamplona.
Atades Huesca es una entidad sin ánimo de lucro que atiende a más de 475 personas con discapacidad intelectual y cuenta con 270 profesionales a su servicio. Su Centro Especial de Empleo (CEE) cuenta con 120 trabajadores, de los cuales 85 tienen algún tipo de discapacidad, a los que ahora se suman otros tres que se encargan de los huertos dedicados a las plantaciones destinadas a Spagyria. En ellas se cultivan ocho plantas aromáticas: tres variedades de salvia, dos de tomillo, caléndula, echinácea y melisa. Además de los huertos, también está prevista la próxima construcción de un secadero. Miguel Ángel López, gerente de la entidad, no oculta su satisfacción por la marcha del proyecto: «Queda un largo camino por recorrer, pero estamos muy ilusionados».
El proyecto integra a otros dos Centros Especiales de Empleo que desarrollan una labor similar a la de Atades Huesca: Elkarkide, en Pamplona, lleva desde 1991 dando oportunidades de desarrollo y empleo a personas con enfermedad mental y en riesgo de exclusión social. Cuenta con cuatro centros, en los que presta atención social y laboral a cerca de 400 personas. Por parte francesa está la cooperativa Les Jardins du Girou, ubicada a pocos kilómetros de Toulouse; su objetivo es reintegrar a la vida laboral a personas sin empleo, y para ello cuentan con unas 5 hectáreas de huertos de agricultura biológica. Sus productos son vendidos después en ferias y mercados de los alrededores, y de esta forma consiguen cada año la reinserción laboral de unas 20 personas.
A través de estos tres CEE se viene realizando desde la pasada primavera un ensayo piloto con las ocho especies de plantas indicadas, que en cada lugar se cultivan en condiciones diferentes de altura, pluviometría o suelo, lo que lógicamente va a influir en los resultados finales. Una vez analizadas las muestras florales en el I3A, se ha decidido que las plantas más adecuadas para realizar el cultivo en extensivo son la Salvia Officinalis en Toulouse, la Calenduda y la Salvia Sclarea en Atades Huesca y la Melissa en Pamplona..
En esta fase del proyecto ha resultado de capital importancia el trabajo del CITA (Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón), miembro asociado de Spagyria, que está dirigiendo las plantaciones de los huertos y desarrollando todos los protocolos de cultivo, cosechado y secado de las plantas.
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y SOSTENIBILIDAD
Los análisis científicos que permiten la evaluación de las propiedades de las plantas elegidas para el proyecto Spagyria se realizan en el Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón del campus universitario zaragozano. Uno de sus grupos de investigación es GATHERS (Grupo de Termodinámica Aplicada y Superficies), que dirige la doctora Ana Mª Mainar; en su laboratorio se analizan las muestras recibidas desde los CEE de Huesca, Pamplona y Toulouse utilizando una tecnología limpia, basada en principios de sostenibilidad, que permite obtener el mejor extracto posible de los principios activos de las plantas en condiciones de presión y temperatura idóneas mediante el uso de fluidos supercríticos –híbrido con propiedades intermedias entre el líquido y el gas- como el anhídrido carbónico (CO2) comprimido.
En el primer trimestre de este año también se ha procedido a la selección y contratación de un laboratorio por parte del jefe de filas, Atades Huesca, para la elaboración del cosmético. Bindu 2013 S.L. será el laboratorio encargado de este cometido en la última fase del proyecto liderada por MEDES. Consistirá en estudiar la idoneidad de las pre-fórmulas facilitadas por la Universidad de Zaragoza y testear esa crema (test de estabilidad, conservación, toxicidad…). Esta fase de ensayo y validación se realizará con voluntarios controlados clínicamente. Finalmente, también hay previsto desarrollar una norma de acreditación (certificación ecológica).
Ubicado en Toulouse, el MEDES (Institute de Médecine et Physiologie Spatiales) trabaja tanto en el campo de la investigación clínica y médica como en el sector aeroespacial; en sus instalaciones se estudia, por ejemplo, el comportamiento del cuerpo humano en un medio sin gravedad. De esta forma, uno de los objetivos de MEDES es promover las aplicaciones de la investigación espacial en el terreno de la salud.
Los dos socios restantes que completan el partenariado de Spagyria son los ayuntamientos de Huesca y Pamplona, dos ciudades que comparten similares inquietudes en materia de sostenibilidad medioambiental, impulso y aprovechamiento de zonas verdes y sensibilización ecológica. El Ayuntamiento oscense contribuye al proyecto en sus aspectos de divulgación y comunicación; ya están en funcionamiento la página web (www.spagyria-fres.eu) y las redes sociales del proyecto, y se han realizado varias presentaciones. Luis Felipe, Alcalde de Huesca, ha destacado la contribución de Spagyria para conseguir el objetivo común de «una sociedad de la igualdad y el conocimiento».
La aportación del Ayuntamiento de Pamplona se centra en la inversión para la construcción de un moderno secadero con tecnología basada en energía renovable, además de la cesión de unos terrenos en Aranzadi para llevar a cabo la plantación piloto.
Así pues, en el proyecto Spagyria confluyen la investigación científica más avanzada con una decidida voluntad de integración social y de apoyo a sectores desfavorecidos de la población. Porque, como bien señaló Philip Hazane, director ejecutivo de MEDES, en el acto de presentación celebrado el pasado mes de octubre en Huesca, parafraseando al escritor, médico y humanista francés Rabelais, «la ciencia sin conciencia es la ruina del alma».
Fuente: Diario del AltoAragón, 04/06/2019.